martes, 14 de julio de 2009

Un acantilado baja de tu cintura...

*Solo tú sabes lo que a mi mente le interesa.


Hay veces en las que quisiéramos echar a correr hasta el lugar más alto del mundo y desde allí gritar con todas nuestras fuerzas hasta quedarnos sin aliento, hasta que se nos desgarre la garganta y hasta que se maten entre ellas la impotencia y la rabia. Hay veces… que incluso nos gustaría saltar desde aquél lugar echando un pulso a la gravedad y hacernos creer que somos capaces de volar. Hay veces en las que te contaría cómo me siento sólo porque mi cuerpo es incapaz de cargar con tanto peso, pero luego lo pienso… -¿qué le importará a nadie lo que a mí me pase?- me muerdo el labio y me lo quedo dentro.


Me muero de ganas de confesarte todo lo que siento, y así demostrarte que mis palabras no eran efimeras, me muero de ganas de que me cuentes lo que piensas, pero NO, no puede ser... debo dejar de pensarte, beberte, soñarte, quererte...





LAURA!

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