sábado, 23 de abril de 2011

Probablemente siempre hayas estado ahí. Ocupando un lugar que no eras consciente que ocupabas. Robándome un trozo de mi esencia. Tú formas parte de ella. Eres el halo de eternidad que puebla mi vida. No se porqué siempre he tenido la sensación de que vaya donde vaya te llevo atado con una cuerda invisible que solo tú y yo conocemos. Y lo que me hace más feliz es que esa cuerda no tiene nada de frágil. Nunca he creído en el amor pero sí en los momentos eternos.

viernes, 25 de marzo de 2011

Silencio.

Me miras. Y tus ojos se pierden sin saber hablar. Pero me dices, me gritas, me sientes. Todo en silencio. Me quieres. ¿Desde cuándo? Echemos la vista atrás -alto, no dejes de mirarme. No sueltes mis ojos - y señalémoslo en el calendario. En rojo, en negro, fatídico, magnífico. Absurdo o eterno, solo nosotros. En realidad, y lo sabes mejor que yo, no podemos. Somos atemporales -sigue mirándome - y lo seremos siempre, como si hubiéramos dado un salto al vacío y, en medio de la caída, sin saber cuándo, nos hubiéramos cogido de la mano. Y sin fecha en el calendario, te miro, y el corazón me da volteretas dentro del pecho. Será, quizás, porque te quiero. ¿Y tú? -vuelve a mirarme - Tú también, sabe Dios que estoy en lo cierto.

jueves, 27 de enero de 2011

Amor.

Lo que yo quisiera es un amor al revés, uno que empezara mal y terminara bien. Uno que empezara con gritos, siguera con caricias y se agarrara con besos. Un amor totalmente del revés. Uno que no terminara.